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La cera es una materia grasa que las abejas producen y utilizan para construir los panales. Es uno de los elementos más importantes de la colmena que influyen en el proceso de producción y optimización de la miel.
La producción de cera dependerá de los períodos de polinización de las flores, siendo muy abundante en épocas de floración. Las abejas melíferas jóvenes emplearán la cera para construir las celdillas hexagonales, con el objetivo de conservar la miel y el polen. Además, la abeja reina depositará en ellas sus huevos y se criarán las nuevas abejas en el interior.
La cera es segregada en forma de líquido a través de las glándulas de las abejas. Cuando ésta contacta con el aire se solidifica y forma pequeñas escamas en la parte inferior de la abeja.
La cera de abeja se usa desde siempre en los remedios tradicionales y en la actualidad se sigue usando en los laboratorios más vanguardistas. Se puede utilizar la cera para elaborar cremas naturales y productos cosméticos artesanales. Es posible fundirla para hacer velas decorativas o utilizarla para proteger los muebles y suelos de madera.
Los usos de la cera de abeja en cosmética natural son muy variados y recogen años de tradición. Se puede usar para elaborar cremas efecto frío sin emulsionantes adicionales, ungüentos medicinales, pomadas, bálsamos labiales, lápices de maquillaje, jabones naturales, mascarillas capilares… Si añadimos un pequeño porcentaje a una crema casera mejoramos la textura y aumentamos su función protectora e hidratante.
Una de las posibilidades que ofrece la cera de abeja es hacer velas decorativas con un acabado muy natural y de forma sencilla. El primer paso es fundir la cera a fuego suave en una cazuela. Una vez que la cera esté líquida, se vierte en el molde elegido. Previamente, se ha colocado la mecha en los moldes. Una vez han secado, se procede a desmoldar y tendremos listas unas velas completamente naturales. La opción más recomendada es disfrutar del color y aroma propios de la cera virgen de abeja, sin necesidad de añadir esencias o colorantes.
La utilización de ceras para la protección de la madera es una técnica muy antigua, anterior a toda la química actual y que aún sigue usándose en determinados ámbitos. Dentro de la ceras naturales la de abeja es la más usada. Su uso está indicado para mobiliario de interior en madera maciza y artesanía. De hecho, es un acabado habitual en juguetes de madera artesanales.
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La cera es una materia grasa que las abejas producen y utilizan para construir los panales. Es uno de los elementos más importantes de la colmena que influyen en el proceso de producción y optimización de la miel.
La producción de cera dependerá de los períodos de polinización de las flores, siendo muy abundante en épocas de floración. Las abejas melíferas jóvenes emplearán la cera para construir las celdillas hexagonales, con el objetivo de conservar la miel y el polen. Además, la abeja reina depositará en ellas sus huevos y se criarán las nuevas abejas en el interior.
La cera es segregada en forma de líquido a través de las glándulas de las abejas. Cuando ésta contacta con el aire se solidifica y forma pequeñas escamas en la parte inferior de la abeja.
La cera de abeja se usa desde siempre en los remedios tradicionales y en la actualidad se sigue usando en los laboratorios más vanguardistas. Se puede utilizar la cera para elaborar cremas naturales y productos cosméticos artesanales. Es posible fundirla para hacer velas decorativas o utilizarla para proteger los muebles y suelos de madera.
Los usos de la cera de abeja en cosmética natural son muy variados y recogen años de tradición. Se puede usar para elaborar cremas efecto frío sin emulsionantes adicionales, ungüentos medicinales, pomadas, bálsamos labiales, lápices de maquillaje, jabones naturales, mascarillas capilares… Si añadimos un pequeño porcentaje a una crema casera mejoramos la textura y aumentamos su función protectora e hidratante.
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